Que son una de las mejores combinaciones en la cocina, de eso no cabe duda. Las patatas y las cebollas siempre han ido juntas: en tortilla, en guisos, en platos tradicionales, como patatas a lo pobre… ¡para todo van de la mano! Sin embargo, en crudo son enemigas mortales.

El principal problema es que, debido a que tienen una durabilidad y características similares, solemos almacenar las patatas y las cebollas juntas, lo que es un error garrafal. Lo ideal es que las patatas y las cebollas no compartan espacio. ¿Por qué? ¡Sigue leyendo y te lo contamos!

El gas natural que emiten las verduras es perjudicial

Durante el proceso de maduración, algunas frutas y verduras emiten un gas natural, el etileno, también conocido como la hormona de los frutos. Aunque tiene infinidad de beneficios, si mezclamos productos, el etileno hace que se estropeen con más rapidez y facilidad.

El etileno funciona de la siguiente forma. Primero, clasificamos las frutas y verduras en dos grupos: productores y sensibles. La patata, así como aguacates, peras, tomates, y manzanas, es un productor de etileno, aunque en cantidades muy pequeñas. Las cebollas, por otro lado, son sensibles a este gas, por lo que, si está en contacto constante con él, empieza a pudrirse y desarrollar moho. Otros productos sensibles al etileno son el brócoli, los espárragos, el pepino, lechuga y zanahorias.

¿Quieres enviarnos alguna receta?

Si eres tod@ un cocinillas y quieres mandarnos tu propia receta, ¡por favor! Estamos deseando leerla y publicarla. Eso sí, la única condición es que lleve patatas o cebollas como ingrediente principal. Envíanos tu receta al correo ariza@patatasariza.com e indica en el asunto: Receta para Blog. Si nos mandas fotos ¡Mejor que mejor!

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